Los datos comenzaron a llegarle: un caso aquí, otro más allá. Cuando menos se lo esperaba, Patricio Eleisegui tenía mucho material y decidió darle forma a “Envenenados. Una bomba química nos extermina en silencio” (editorial Wuwei, $130). El libro es duro, pero no más que la realidad de quienes padecen las consecuencias de estar expuestos a las pulverizaciones con agroquímicos en los campos del interior del país.
- ¿Cómo surgió el libro?
- Trabajo en Infobae y venía notando que cada vez había más denuncias sobre las aplicaciones de agroquímicos. Empecé a buscar información científica y a conectarme con los afectados. Cuando me quise dar cuenta ya tenía la mitad del libro.
“Envenenados” fue el primer libro y lo publicó a principios de 2014. Hace unos meses lanzó “Fruto de la desgracia”, que cuenta la manipulación y la falta de controles en la producción de arándanos en Argentina. Además, ya planea la segunda parte de “Envenenados”.
“Entre Ríos siempre fue territorio de grandes pooles de siembra y allí la discusión es tibia. Vale todo. Se aplican productos de todo tipo, hay contrabando, y niños banderilleros (los que le indican al avión que fumiga por donde debe pulverizar) a los que bañan con agroquímicos”, describe Eleisegui. Si bien su investigación toma a Entre Ríos como el gran caso, la realidad es la misma en muchas provincias: cáncer, enfermedades y muerte. “Los municipios no ponen límites en las fumigaciones -insiste-. En muchos casos porque los mismos funcionarios también son productores”.
En Argentina se usan productos que en Europa ya fueron prohibidos por su toxicidad. “Es el caso del glifosato, el 24D, el glufosinato. Aquí ya no se usa uno solo, sino que se arman cocteles”, agrega. Un libro para conocer la otra parte (la oscura) del modelo agrícola.